A fines de la década del 70, el Club Deportivo Impsa se presentaría en sociedad, sosteniendo una importante apuesta.

El proyecto, que se canalizó a través del Dr. Luis Reta Herrera, su primer coordinador deportivo, sentaba bases en el atletismo, el fútbol y el ciclismo.

La joven institución ubicada en la calle Alsina y 9 de Julio de Godoy Cruz, Fundada el 30 de agosto de 1979, en los terrenos que fueron donados por don Luis Menotti Pescarmona, se erigía como heredera del espíritu entusiasta de aquel equipo que -en los 30- defendía el prestigio futbolístico de los Talleres Pescarmona en la floreciente Liga Industrial.

Cuarenta años después, el primer paso fue contratar a los fondistas Alfredo Maravilla, Walter González y Manuel Jofré, quienes bajo la dirección de Leandro Espínola buscarían la victoria en la Maratón Vendimia.

La mejor recompensa fue la clasificación de Maravilla en el puesto 23 entre 1.500 participantes en la edición de 1979 de esa prueba de largo aliento de San Silvestre, carrera que tenía la particularidad que se celebraba la noche del 31 de diciembre en San Pablo, Brasil.

El palmirense también participó en las maratones de Boston, Nueva York y Los Angeles, en los Estados Unidos, y de Italia, Alemania, Seúl y Japón a lo largo de la década del ’80 para orgullo de su descubridor y protector.

En fútbol se formaron dos divisiones y se contrató como técnico a Ricardo Bareto, su primer capítulo fue la final ganada en el torneo que organizó el Club Bustamente, venciendo en la final al anfitrión por 1 a 0. En su campaña el “Metalero” había derrotado a Jahn A. Walker (2 a 0) y empatado a Primo Meschini (2 a 2).

Mientras se rea condicionaba el campo e juego propio, oficiaba de local en la cancha del Club Luzuriaga.

Mientras que en el ciclismo formo un equipo con pedalistas de primera línea. Un equipo que integraron Juan Carlos Carmeno, Ramón Fernández, Manuel Cayetano Cortez (que sería campeón mendocino de ruta esa temporada y campeón de la Vuelta de Mendoza en 1981), Enrique Pérez.

La figura era el “Payo” Antonio Matesevach, quien había vuelto a correr después del gravísimo accidente sufrido en junio de 1967 en Canadá, al ser atropellado por un automovilista en estado de ebriedad cuando se preparaba para los Juegos Panamericanos de Winnipeg de ese año,

El entusiasmo estaba de manifiesto y don Luis, que durante la década de los 70 y 80 también fue dirigente del Club Gimnasia y Esgrima,  veía plasmado un gran anhelo y acompañó aquellos primeros pasos del Club Deportivo Impsa

El gentleman , que había nacido el 7 de julio de 1914, había sido campeón de natación (juvenil), practicó waterpolo, remo y esquí acuático y se destacó en motonáutica a la par de los hermanos Mario y Humberto Pagano; el círculo comenzó a cerrarse y los “Metaleros” eran dignos herederos del espíritu entusiasta de aquel equipo de fútbol que nació en los 30.

El club no ha detenido su crecimiento y sigue generando obras.

En las últimas temporadas se sumaron nuevas disciplinas.

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